Viernes. Y para festejar el final de la semana, aquí le llega el resumen esencial de noticias para entender lo que pasa en América Latina. Hoy le traemos un menú especial en esta Mirada Sur más analítica y peleadora que otras ediciones. Porque hay dos noticias que se roban la atención: las elecciones en Chile, y el acuerdo entre Argentina y Estados Unidos. La primera, porque puede confirmar un viraje político histórico en ese país, pero también en la región. La segunda, porque puede implicar un cambio de fuerzas relativas en el continente, como no se ve hace décadas. Pero no nos quedamos con eso. También analizamos lo que ocurre con las cárceles y con la política en Ecuador. Profundizamos en la imputación de un hijo de Petro en Colombia, que agrava la crisis de ese mandatario “de izquierda”. Y cerramos comentando lo que acaba de pasar con la BBC, y que abre los ojos a mucha gente, de algo que venimos señalando en Mirada Sur desde hace mucho tiempo. Así que nos dejamos de introducciones y vamos directo a la información.

Pocos lo hubieran imaginado. Hace tres años, cuando el presidente izquierdista Gabriel Boric asumía el poder, Chile era un país que se lanzaba a fondo a un experimento político sin precedentes. El ex activista estudiantil, llegaba luego del violento estallido social de 2019, al frente de una propuesta de izquierda radical y prometiendo cambiar la constitución para ser “la tumba del neoliberalismo”. Casi cuatro años después, el país se prepara para dar un giro profundo a la derecha, mientras Boric se retira con una popularidad por el suelo, y dejando a Chile en una crisis de seguridad sin precedentes.

Ocho candidatos presidenciales apuntan a llegar al Ejecutivo, pero solo cuatro tienen posibilidades reales de meterse en la segunda vuelta, según las encuestas de voto. La comunista Jeanette Jara por el oficialismo, José Antonio Kast, del Partido Republicano, el diputado liberal Johannes Kaiser y Evelyn Matthei (Chile Vamos) se muestran con opciones de aspirar a algo más que la primera vuelta. Un detalle ilustra sobre cuanto ha cambiado el clima político en Chile. En la elección pasada, Kast era señalado como un peligroso “ultraderechista”. Hoy es visto como un candidato razonable y moderado.

Chile tiene una normativa extraña, que impide difundir encuestas varias semanas antes de las elecciones. Pero según se maneja, Jara pasaría a segunda vuelta con un entorno al 30% de los votos, lo que se considera el “piso” de la izquierda en el país. La duda es quién sería su rival. Los sondeos apuntan a Kast, aunque en las últimas semanas se ha visto un fuerte crecimiento de Kaiser y de Matthei. A esto hay que sumar que por primera vez es obligatorio votar, lo cual aumenta la incertidumbre sobre hacia dónde se inclinará, a último momento, esa masa de gente despolitizada que deberá ir a las urnas obligada.

VOZ LOCAL. En los días previos a la elección hemos seguido los comentarios en redes del amigo José Francisco Lagos, director ejecutivo del Instituto Res Pública (preferimos no molestarlo directamente para que nos analice los resultados). José Francisco ha destacado la crisis interna del oficialismo, donde la candidata Jara ha intentado desmarcarse de su propio gobierno: “Ayer la candidata oficialista criticó fuertemente al gobierno en dos materias que fueron muy sensibles: el manejo de la crisis habitacional y un caso bastante sonado que hubo en nuestro país, de acuerdo al subsecretario del Interior, con un escándalo de abuso sexual y cómo La Moneda manejó esa crisis. (...) Hoy día es un legado que nadie quiere tomar”, dijo Lagos. Al mismo tiempo, ha sido interesante su crítica a medios regionales que han intentado “moderar” el perfil de Jara, a la que se ha definido como “centro izquierda”. Eso cuando, según José Francisco, es alguien que ha militado en el Partido Comunista desde los 14 años, usara remeras llamando a matar policías durante el estallido social de 2019, ha defendido estatizar el sistema de pensiones y suele criticar a la propiedad privada. Algo que trataremos en profundidad al final de esta edición.

POR QUÉ ME IMPORTA. La elección de Chile es clave para el futuro de toda la región. Tras las victorias de Milei en la elección de medio término en Argentina, y de Paz en Bolivia, poniendo fin a 20 años de socialismo en ese país, lo que suceda en Chile puede confirmar el viraje en una región que parece cansada de recetas socialistas que tienen mucho de discurso y poco de resultado. Y que en pocos meses tendrá nuevos desafíos en Honduras y Colombia. Si los resultados se alinean con lo que anticipan las encuestas, el mapa político regional de aquí a un año, puede ser radicalmente distinto al actual.

Luego de varios meses de negociaciones, Estados Unidos anunció este jueves un amplio acuerdo comercial y de inversiones con la Argentina para promover un “crecimiento de largo plazo que expanda las oportunidades para ambas naciones” y en el cual ambos países “abrirán sus mercados recíprocamente para productos claves”. El acuerdo es una ratificación de la relación especial que han construido los presidentes Donald Trump y Javier Milei, y que tenía como precedentes el alineamiento estricto de Argentina con EE.UU., y el apoyo financiero de Washington a Milei en la tormenta especulativa que atacó a su gobierno antes de las recientes elecciones de medio término.

En lo práctico, el pacto abarca aspectos como aranceles, eliminación de barreras no arancelarias, propiedad intelectual, minerales críticos, acceso a los mercados agrícolas y regulaciones para bienes tecnológicos, entre varios puntos. Y significa una posibilidad enorme para Argentina de acceso a los mercados y a los capitales americanos en momentos en que su propio empresariado no termina de apostar a la gestión de Milei. Pero tiene un impacto todavía más significativo desde lo simbólico.

La realidad es que Argentina viene padeciendo un proceso de decadencia económica y política desde hace casi medio siglo. Que queda en evidencia cuando se compara su desarrollo con vecinos como Brasil, Chile o incluso Uruguay. El país que supo ser una potencia regional, que se paraba de igual a igual con las grandes naciones del mundo, lleva décadas inmerso en crisis constantes, corrupción, inestabilidad política y conflictos internos sangrientos. Más allá de lo comercial, este anuncio marca un retorno de Argentina a los primeros planos, al convertirse de hecho en el socio preferido en la región, de la principal potencia global. Algo que deja sobre todo a Brasil en un lugar muy incómodo, ya que su presidente Lula da Silva lleva años queriendo imponer a su país como la voz de la región ante el mundo.

El acuerdo deja mal parado al Mercosur, bloque que integra a Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay. Y donde Brasil era la fuerza hegemónica que impedía apertura a otros mercados sin su aprobación. También a otros organismos regionales dominados por Brasil, y que se habían convertido en clubes políticos más que comerciales. Se trata, como se ve, de una movida con enormes implicancias, y cuyos efectos, todavía están lejos de estar claros en el panorama geopolítico de la región.

La prisión de máxima seguridad denominada Cárcel del Encuentro, se inauguró esta semana con el traslado de 300 reclusos considerados los más peligrosos del país. Entre ellos, estaba el ex vicepresidente correista Jorge Glas, condenado por múltiples delitos de corrupción. "Bienvenido al nuevo hogar. Pronto llegarán otros criminales", dijo Daniel Noboa en su cuenta oficial de X. La operación fue anunciada por el presidente apenas horas después de que estallara un motín en la cárcel de Machala, que dejó un saldo de 31 muertos por enfrentamientos entre bandas rivales, 27 de ellos ahorcados. "El crimen quiso desafiar al Ecuador y empezar su campaña. Hoy, el Ecuador le respondió con hechos", escribió el mandatario en la misma red social, y acompañó el mensaje con fotos de los internos vestidos con mamelucos naranjas, sentados en el suelo, uno a lado del otro, con la cabeza rapada y rodeados de militares, a la manera de Nayib Bukele.

El nuevo centro forma parte de una estrategia del gobierno ecuatoriano para combatir las bandas carcelarias que operan dentro del sistema penitenciario y que han sido responsables por algunos de los hechos de violencia más graves que sufrió en el país en los últimos años. Noboa adelantó: ”Ya empezarán con la quejadera”. Y así fue: Asociaciones de derechos humanos criticaron la nueva cárcel, sobre todo por el aislamiento extremo y las condiciones edilicias. Además, comunidades indígenas de la zona, reclamaron que no fueron debidamente consultadas para la construcción del penal en su territorio ancestral, omisión que, alegan, vulnera sus derechos colectivos.

TRASFONDO. La crisis penitenciaria que vive Ecuador no es nueva. El hecho más notorio ocurrió en 2021, cuando más de un centenar de reclusos fueron masacrados en una cárcel de Guayaquil. Pero se volvió insostenible en estos dos últimos años. Las cárceles, marcadas por el hacinamiento brutal, han sido escenario de motines, guerras entre bandas, fugas masivas y asesinatos sanguinarios. Además, diferentes requisas han revelado la presencia de armas, teléfonos celulares, redes de tráfico de drogas y hasta animales de pelea. Inspirada en el Cecot (Centro de Confinamiento del Terrorismo) de El Salvador, símbolo del régimen de Bukele, la Cárcel del Encuentro está ubicada en una zona aislada de la provincia costera de Santa Elena. Según el Ministerio del Interior, fue concebida “para que los presos no puedan tener contacto ni comunicación con absolutamente ninguna persona”. Posee una capacidad de 800 plazas, de las cuales 640 componen un módulo de alta seguridad, cuenta con bloqueo de señal celular, videovigilancia inteligente y un triple anillo de seguridad militar.

REFERENDUM. Mientras tanto, este domingo 16, los ecuatorianos deberán responder si están de acuerdo o no con 4 medidas que el gobierno considera necesarias para afrontar desafíos institucionales, de representatividad, financiamiento político, y seguridad internacional: eliminar la prohibición constitucional del establecimiento de bases militares extranjeras en territorio nacional; eliminar el financiamiento estatal a partidos políticos; reducir el número de asambleístas en la Asamblea Nacional; instalar una Asamblea Constituyente con representantes electos por el pueblo para elaborar una nueva Constitución de la República. Con la consulta, Daniel Noboa busca consolidar su poder político, ganar flexibilidad política y militar, y reducir el tamaño y costo del Estado. Si quiere entender más de este tema, le recomendamos este artículo de nuestro amigo y compañero Rómulo López, que lo explica con lujo de detalles.

Nicolás Petro Burgos, el hijo mayor del presidente colombiano Gustavo Petro, fue imputado por la Fiscalía General de la Nación de Colombia por seis nuevos delitos: interés indebido en la celebración de contratos, peculado por apropiación, tráfico de influencias, falsedad en documento público y privado, y falso testimonio. Esto se suma a una investigación iniciada en 2023 por lavado de dinero y enriquecimiento ilícito, cuando la Fiscalía lo acusó de recibir dinero de Samuel Santander Lopesierra, alias el Hombre Marlboro, condenado por narcotráfico en Estados Unidos. Además, La ex-esposa del acusado denunció que Petro Burgos había recibido dinero del narcotráfico para financiar la campaña presidencial de su padre en 2022.

Las nuevas imputaciones complican la ya delicada situación del clan Petro. Pone en un brete la credibilidad del gobierno en su autoproclamada lucha contra la corrupción, y debilitan aún más la imagen política del mandatario cafetero, en un momento donde cada una de sus declaraciones públicas no hacen más que empujar en esa dirección. El hijo del presidente se defendió negando toda vinculación con los contratos que se le imputan y calificó las acusaciones como un “montaje”. Por su parte, la defensa criticó supuestas violaciones al derecho de defensa y al debido proceso.

TRASFONDO. El caso de Nicolás Petro no es nuevo. Forma parte de una serie de investigaciones que no solo lo comprometen a él, sino que implican también al entorno del gobierno de su padre. En 2023, Petro Burgos fue detenido por las denuncias de su ex esposa, pero se le impuso libertad condicional. Además, cuando se desempeñaba como diputado, habría aprovechado su influencia política para amañar contratos públicos. El golpe al gobierno es duro. Los que se plantaron como paladines de la transparencia, prometiendo terminar con la corrupción y la élites en la política colombiana, se ven ahora enfrentados a los mismos malos hábitos que tanto criticaron. La oposición se frota las manos ante la creciente desconfianza de la población en el gobierno.

POR QUÉ ME IMPORTA. Gustavo Petro fue el primer presidente de izquierda elegido en uno de los países más alineados con Washington. Su proyecto planteaba una alternativa a la política tradicional y la promesa de justicia social. Pero al verse enredado en un escándalo de corrupción familiar, que a la vez involucra la campaña que lo llevó al poder, el golpe no solo lo recibe él, sino también toda una corriente de líderes regionales que alguna vez hicieron las mismas promesas. En definitiva, entre las conductas erráticas de Petro, los problemas de su hijo con la Justicia, y las tensiones con Estados Unidos por el tema narcotráfico, la esperanza que alguna vez pudo haber representado el mandatario colombiano de una izquierda reformista y modernizadora, se cae a pedazos.

El problema se veía venir desde hace años. Es más, se trata de uno de los detonantes que nos llevó a generar un producto como Mirada Sur. Es que los grandes medios globales, incluso muchos con larga tradición de línea editorial conservadora o liberal, vienen mostrando un sesgo hacia la izquierda tan irracional como por momentos ridículo, desde hace muchos años. Pero pocas veces ha quedado tan en evidencia como con un reciente informe interno de la cadena británica BBC, que ha costado el cargo a su dirección, y promete generar un terremoto en los medios masivos del planeta.

El caso concreto es simple. Ante una andanada de críticas políticas, la BBC decidió realizar una consultoría interna para evaluar su cobertura en los últimos años, y el informe del experto Michael Prescott ha destapado cosas escandalosas. Por ejemplo, que un programa especial de la cadena dedicado a analizar la victoria de Donald Trump, cortó y pegó de manera maliciosa fragmentos de un discurso del presidente estadounidense, para dar la impresión de que había convocado a sus seguidores a tomar el edificio del Congreso. Como si fuera poco, también quedó en evidencia un manejo muy poco ético de la cobertura del conflicto en Medio Oriente, donde se mostró un sesgo muy marcado en contra de Israel, en particular en la señal en idioma árabe, pero en general en toda la cadena. El consultor también denunció desvíos poco profesionales en temas como el cambio climático o las cuestiones referidas a la “causa” transexual.

El escándalo ha resonado en todo el mundo. En particular le recomendamos la cobertura del diario británico The Telegraph, que ha sido el primero en destapar el asunto. Pero si quiere un resumen en español bastante claro, este editorial de El País de Uruguay, es bastante explícito sobre lo que está ocurriendo.

Pero nada debería sorprender al lector de Mirada Sur. Desde hace años que venimos comentando sobre el sesgo hacia la izquierda que tienen la mayoría de los medios, sobre todo los financiados por estados europeos, a la hora de leer nuestra realidad. Cosas como las que denuncia José Francisco Lagos sobre la cobertura de la campaña chilena, son lo habitual. Por ejemplo, la propia BBC a la hora de analizar a los candiatos chilenos, llega a tener problemas enormes para lograr poner en la categoría “ultraderecha” a todos los que no son votos de Jara. Quien, por supuesto, es una simpática socialdemócrata. Igual que Maduro, igual que Daniel Ortega, igual que Evo Morales, a quienes siempre se ampara a la hora de los rótulos. Otro ejemplo, la cadena alemana DW hace un informe sobre a quién votarían los inmigrantes en Chile, cosa que en ese país le importa a casi nadie, pero resuena con la agenda europeizada de nuestra “élite” periodistica tan marcada por lo que en Perú se denomina “izquierda caviar”. Y claro, los dos analistas consultados por la DW, seguramente ascépticos académicos imparciales, concluyen que no van a votar en contra de las ideas socialistas que los expulsaron de sus países, sino para proteger a algún amigo o pariente que puede tener sus papeles irregulares en el país.

POR QUÉ ME IMPORTA. Porque es muy relevante para los latinoamericanos entender que muchas veces, la mirada que recibimos de nuestra realidad, está mediada por visiones supuestamente imparciales y profesionales, que no lo son en absoluto. Que tienen un claro sesgo en favor de ideas de izquierda, que son hegemónicas entre los periodistas e intelectuales europeos y americanos, que nos siguen considerando como animales exóticos, pasionales, irracionales. Una especie de museo pintoresco de ideas que han fracasado en el resto del mundo. Y lo que es peor. Esa mirada es copiada por sus colegas locales, al punto de alejarlos de cualquier intención de entender en serio lo que pasa en nuestros países. Por eso, hacemos Mirada Sur.

Martín Aguirre | Director

Rodrigo Caballero | Editor